Ayer tuve el "placer" de jugar a Infiltration de Donald X. Vaccarino, juego mediocre donde los haya, pero no he venido a hablar de este juego en particular. Sino de lo que se les pasará por la cabeza a los señores editores para publicar un juego u otro. Viendo el resultado de Infiltration está claro que la calidad no les debe importan gran cosa y se basarán en otros parámetros.
Será cosa de dinero, cosa por otra parte muy lógica. Así que un buen día está el editor probando un prototipo muy chulo que ha ganado no se que premio y llega al despacho del señor editor un caballero con nombre de pato que ha vendido como rosquillas un juego llamado Dominion y le propone hacer un chufo de juego. El señor editor se frota las manos, los ojos le hacen chiribitas y ciertas partes de la anatomía empiezan a humedecerse pensando la de dinero que va a hacer y abandona ese prototipo que tan buena pinta tenía porque vete tu a saber si va a vender y a este chufo le pongo en la portada que lo ha diseñado Donald y ya tengo aseguradas unas cuantas ventas.
Probablemente todo esto no se ajuste a la realidad y sean solo alucinaciones de una mente perturbada como la mía. Así lo espero.